El Re-Descubrimiento del Este
Viernes 11 de Agosto de 1995
A las 17.00 h. emprendemos el viaje el segundo “convoy” de la expedición.
Después de 15.30 h. llegamos (!! Por fin!! ) a Salzburgo ( Austria). El segundo grupo lo formamos CONDE, JOSE LUIS y yo mismo. El primero, ROGER, BERNARDO y RICARDO.
Como incidencia señalar la aparición de un “demente” en la autopista francesa, a la altura de Montpellier, el cual invadió a pie el tercer carril apareciendo delante nuestro cuando circulábamos a más de 160 Kms/h., dándonos un susto de muerte.
A las 17.00 h. emprendemos el viaje el segundo “convoy” de la expedición.
Después de 15.30 h. llegamos (!! Por fin!! ) a Salzburgo ( Austria). El segundo grupo lo formamos CONDE, JOSE LUIS y yo mismo. El primero, ROGER, BERNARDO y RICARDO.
Como incidencia señalar la aparición de un “demente” en la autopista francesa, a la altura de Montpellier, el cual invadió a pie el tercer carril apareciendo delante nuestro cuando circulábamos a más de 160 Kms/h., dándonos un susto de muerte.
Sábado 12 de Agosto de 1995
Después del agotador viaje se hizo la unión del grupo en el camping Neumark Wallersee. Por la mañana (y de empalme) un plácido baño en el lago Wallersee, acompañado de un pic-nic (con tapitas de jamón “pata negra”, incluidas). Por la tarde visita cultural a Salzburg (cuna de Mozart).
!! Qué bonita ciudad, ésta !!. En todo momento te das cuenta de la fuerza cultural que respiran sus calles. Visitamos los jardines de Maribel, con toda su ornamentación y numerosas esculturas grotescas rodeando sus jardines.
A continuación , la Catedral, centro musical de la ciudad con conciertos “en vivo” de música clásica en todas sus plazas. Después decidimos coger un funicular (!! Vaya acierto !!) con el cuál accedíamos a la fortaleza medieval, situada 180 mts. por encima de la ciudad, con los impresionantes y queridos Alpes guardándole la espalda. Un paseo por el castillo y sus barrios, situados dentro de la fortaleza, te daban una visión de como vivían los caballeros del lugar 600 años antes.
!! Impresionante !!
Domingo 13 de Agosto de 1995
Para empezar el día, una placentera visita por la mañana a la parte Noroeste de Salzburg. Edificios antiguos, con historia, muy bien conservados hacían el paseo apacible. Después de un “refrigerio” a orillas del río, decidimos “pisar” nuestros queridos Alpes, subiendo a un “pico” austríaco. Nos desplazamos hasta la bella población de St. Wolfgang donde por el “módico” precio de 18.000.-pts (los seis) subimos con un cremallera hasta la cima de Schafbergspitze (1.783.-mts.). El frío y la vista reinante desde la cima era impresionante, con una bella panorámica del macizo Dachstein (3.000.-mts.) y los lagos Wolfgangsee y Fuschlsee a sus pies. Algo que sólo lo podrás ver allí. La ropa veraniega y un rápido cambio de dirección de las nubes hizo que estuviéramos una hora refugiados dentro de una cafetería que había en la estación de bajada del cremallera. !! Era el 13 de Agosto !!, así que haceros la idea.
Para empezar el día, una placentera visita por la mañana a la parte Noroeste de Salzburg. Edificios antiguos, con historia, muy bien conservados hacían el paseo apacible. Después de un “refrigerio” a orillas del río, decidimos “pisar” nuestros queridos Alpes, subiendo a un “pico” austríaco. Nos desplazamos hasta la bella población de St. Wolfgang donde por el “módico” precio de 18.000.-pts (los seis) subimos con un cremallera hasta la cima de Schafbergspitze (1.783.-mts.). El frío y la vista reinante desde la cima era impresionante, con una bella panorámica del macizo Dachstein (3.000.-mts.) y los lagos Wolfgangsee y Fuschlsee a sus pies. Algo que sólo lo podrás ver allí. La ropa veraniega y un rápido cambio de dirección de las nubes hizo que estuviéramos una hora refugiados dentro de una cafetería que había en la estación de bajada del cremallera. !! Era el 13 de Agosto !!, así que haceros la idea.
Lunes 14 de Agosto de 1995
Se presentaba un día triste y agotador, ya que debíamos proseguir nuestro viaje hacia Budapest. Partimos hacia las 9.00 AM por la bella autopista austríaca, que recorre valles hermosos, hacia Linz pasando luego por Wien (capital de Austria), bajo una lluvia torrencial. Después de 5 pesadas horas, llegamos a la frontera húngara. El cambio era total. Tuvimos algunos “problemillas” con el control de pasaportes ya que el Land Rover era espectacular a su paso. Totalmente cargado y con su color verde militar, encajaba con los vehículos que por allí circulaban, todos del “régimen”. Una vez hecho el cambio de moneda, decidimos hacer un segundo Pic-nic (también con jamón incluido) y seguir hacia Budapest. Es increíble el grado de accidentes de circulación que tienen los húngaros. La calidad de sus carreteras unido a la antigüedad de sus vehículos (muy poco seguros) hizo que nos encontráramos tres accidentes graves en 300 Kms. Las vallas publicitarias te hacían recordar la precariedad del país así como sus casas, bonitas pero muy mal conservadas. La diferencia con Austria era tremenda. Ya casi de noche, llegamos a Budapest (ciudad formada por la unión de Buda y Pest). En la parte de Buda, encontramos un acogedor camping, Hárs-Hegy, a la afueras de la gran ciudad (más o menos 2 millones de población). Después de montar el campamento empezamos a darnos cuenta del nivel de precios del país, al “regalarnos” con una suculenta cena en el restaurante del camping (por cierto, hablaremos más adelante de las comidas húngaras).
Se presentaba un día triste y agotador, ya que debíamos proseguir nuestro viaje hacia Budapest. Partimos hacia las 9.00 AM por la bella autopista austríaca, que recorre valles hermosos, hacia Linz pasando luego por Wien (capital de Austria), bajo una lluvia torrencial. Después de 5 pesadas horas, llegamos a la frontera húngara. El cambio era total. Tuvimos algunos “problemillas” con el control de pasaportes ya que el Land Rover era espectacular a su paso. Totalmente cargado y con su color verde militar, encajaba con los vehículos que por allí circulaban, todos del “régimen”. Una vez hecho el cambio de moneda, decidimos hacer un segundo Pic-nic (también con jamón incluido) y seguir hacia Budapest. Es increíble el grado de accidentes de circulación que tienen los húngaros. La calidad de sus carreteras unido a la antigüedad de sus vehículos (muy poco seguros) hizo que nos encontráramos tres accidentes graves en 300 Kms. Las vallas publicitarias te hacían recordar la precariedad del país así como sus casas, bonitas pero muy mal conservadas. La diferencia con Austria era tremenda. Ya casi de noche, llegamos a Budapest (ciudad formada por la unión de Buda y Pest). En la parte de Buda, encontramos un acogedor camping, Hárs-Hegy, a la afueras de la gran ciudad (más o menos 2 millones de población). Después de montar el campamento empezamos a darnos cuenta del nivel de precios del país, al “regalarnos” con una suculenta cena en el restaurante del camping (por cierto, hablaremos más adelante de las comidas húngaras).
Martes 15 de Agosto de 1995
"Arrancamos” tarde por la mañana (iba a ser la tónica del viaje) para visitar Budapest. Decidimos hacerlo en transporte público. La chica de la recepción nos aconsejo comprar una tarjeta de viaje (unas 200 pts.) la cual nos permitía movernos todo el día en autobús, tranvía o metro. Bajamos con un autobús hasta el centro, a la plaza Movska Ter, centro de comunicaciones de tranvías, y de allí subimos andando hacia el Castillo, visitando catedrales, hoteles y numerosos parques. La clave del día fué paseando por los alrededores del castillo, el encontrarnos, de repente con Nacho Chueca y su mujer. Nacho había estudiado con algunos componentes del grupo (Conde y Bernardo) y vivía en Nou Barris. La alegría fue total. Pasamos todo el día juntos, desentendiéndose ellos del grupo con el que habían salido del hotel, y yéndonos juntos los ocho a comer a orillas del Danubio. Para salir del castillo de Sissi Emperatriz tuvimos que saltar la verja en medio de unos edificios ruinosos y desatendidos los cuales todavía tenían señales de la segunda guerra mundial. Fue todo un show.
Sobre las comidas reseñar que todas las hacen picantes y que el ingrediente más famoso de la cocina húngara es la Paprika, un pimiento rojo resecado al sol, el cual tiene una pegada brutal. La desorganización en los restaurantes es total, llegando a empezar a servirte con el segundo plato luego el postre para acabar con el primero. Todo esto después de dos horas para elegir con una carta que no había por donde cogerla. Desesperante.
Una vez llenadas las barrigas, nos fuimos a pasear por los parques de Isla Margarita. Resulta que el Danubio a su paso por Budapest se abre en dos brazos, a la altura del “Puente de las Cadenas”, formando una pequeña isla convertida en todo tipo de jardines y parques para la gente joven. Ya entranda la noche, Nacho nos comentó que la guía de su grupo les había recomendado visitar el Café New York. Así que prestos a por el susodicho café, nos encontramos ante una obra alucinante de lámparas doradas, bustos, anfiteatros, restaurante (con grupo de violinistas incluido), tapices y todo tipo de cuadros que embriagaba. Nos tomamos un café y una pasta mientras mirábamos como actuaban los violinistas al son del dinero. Nos ocurrió una anécdota graciosa con un maño “pureta” que nos hizo presagiar lo que iban a ser los baños Gellert. Al salir quedamos para el día siguiente con nuestros amigos y nos fuimos al camping en metro. El metro de Budapest es el metro del continente Europeo más antiguo (después de Londres). Era como el metro de Barcelona pero hace 15 años, pero con una red muy extensa que denotaba su antigüedad. Al llegar al camping y antes de ir a dormir, unas cervezitas en la terraza del bar del camping. Allí estaba Yöli una muchachita húngara muy encantadora, la cual llevaba ella sola, con la compañía de una compañera, todo el funcionamiento del camping.
"Arrancamos” tarde por la mañana (iba a ser la tónica del viaje) para visitar Budapest. Decidimos hacerlo en transporte público. La chica de la recepción nos aconsejo comprar una tarjeta de viaje (unas 200 pts.) la cual nos permitía movernos todo el día en autobús, tranvía o metro. Bajamos con un autobús hasta el centro, a la plaza Movska Ter, centro de comunicaciones de tranvías, y de allí subimos andando hacia el Castillo, visitando catedrales, hoteles y numerosos parques. La clave del día fué paseando por los alrededores del castillo, el encontrarnos, de repente con Nacho Chueca y su mujer. Nacho había estudiado con algunos componentes del grupo (Conde y Bernardo) y vivía en Nou Barris. La alegría fue total. Pasamos todo el día juntos, desentendiéndose ellos del grupo con el que habían salido del hotel, y yéndonos juntos los ocho a comer a orillas del Danubio. Para salir del castillo de Sissi Emperatriz tuvimos que saltar la verja en medio de unos edificios ruinosos y desatendidos los cuales todavía tenían señales de la segunda guerra mundial. Fue todo un show.
Sobre las comidas reseñar que todas las hacen picantes y que el ingrediente más famoso de la cocina húngara es la Paprika, un pimiento rojo resecado al sol, el cual tiene una pegada brutal. La desorganización en los restaurantes es total, llegando a empezar a servirte con el segundo plato luego el postre para acabar con el primero. Todo esto después de dos horas para elegir con una carta que no había por donde cogerla. Desesperante.
Una vez llenadas las barrigas, nos fuimos a pasear por los parques de Isla Margarita. Resulta que el Danubio a su paso por Budapest se abre en dos brazos, a la altura del “Puente de las Cadenas”, formando una pequeña isla convertida en todo tipo de jardines y parques para la gente joven. Ya entranda la noche, Nacho nos comentó que la guía de su grupo les había recomendado visitar el Café New York. Así que prestos a por el susodicho café, nos encontramos ante una obra alucinante de lámparas doradas, bustos, anfiteatros, restaurante (con grupo de violinistas incluido), tapices y todo tipo de cuadros que embriagaba. Nos tomamos un café y una pasta mientras mirábamos como actuaban los violinistas al son del dinero. Nos ocurrió una anécdota graciosa con un maño “pureta” que nos hizo presagiar lo que iban a ser los baños Gellert. Al salir quedamos para el día siguiente con nuestros amigos y nos fuimos al camping en metro. El metro de Budapest es el metro del continente Europeo más antiguo (después de Londres). Era como el metro de Barcelona pero hace 15 años, pero con una red muy extensa que denotaba su antigüedad. Al llegar al camping y antes de ir a dormir, unas cervezitas en la terraza del bar del camping. Allí estaba Yöli una muchachita húngara muy encantadora, la cual llevaba ella sola, con la compañía de una compañera, todo el funcionamiento del camping.
Miércoles 16 de Agosto de 1995
Siguiendo con la tónica de levantarse a las “tantas” (tónica que “preocupaba” muchísimo a Ricardo) pasamos tan placenteramente la mañana que tuvimos que llamar al hotel de nuestros amigos para posponer la hora de la llegada a los baños Gellert. Resultó infructuosa la operación, perdiendo el contacto con nuestros amigos (salvo un pequeño contacto en los baños sin poder hablarnos), ya que ellos volvían a Praga para coger el avión de vuelta a casa.
La experiencia de los baños Gellert creo que resultó inolvidable para todos. De pronto, nos encontramos ante una piscina interior alucinante rodeada de columnas en medio de una vegetación que hacía de aquel entorno un lugar paradisíaco. Allí fue donde nos encontramos con unas parejas de Pucela con las que nos ocurrió una anécdota muy graciosa. Y después el plato fuerte del día. Resulta que habíamos comprado tiquet de masaje y llegaba la hora de tomarlo. Estas salas de masaje eran grandes piscinas con diferente temperatura del agua, sauna, duchas de agua fría, habitación de masaje, siendo la entrada sólo reservada para hombres (había la propia para las mujeres). El vapor y el ambiente hizo que fuéramos muy unidos en el recorrido. El esperado masaje quedó reducido a un “sobeteo” por parte del masajista, que lo único que nos hizo fue enjabonarnos. !! Muy gracioso !!. Al salir de allí también pudimos bañarnos en una piscina exterior con el agua caliente, pero lo más increíble fue el baño en la piscina interior, piscina en donde fue rodado el anuncio de “los cuerpos Danone”. Salimos muy impresionados de aquel lugar.
Siguiendo con la tónica de levantarse a las “tantas” (tónica que “preocupaba” muchísimo a Ricardo) pasamos tan placenteramente la mañana que tuvimos que llamar al hotel de nuestros amigos para posponer la hora de la llegada a los baños Gellert. Resultó infructuosa la operación, perdiendo el contacto con nuestros amigos (salvo un pequeño contacto en los baños sin poder hablarnos), ya que ellos volvían a Praga para coger el avión de vuelta a casa.
La experiencia de los baños Gellert creo que resultó inolvidable para todos. De pronto, nos encontramos ante una piscina interior alucinante rodeada de columnas en medio de una vegetación que hacía de aquel entorno un lugar paradisíaco. Allí fue donde nos encontramos con unas parejas de Pucela con las que nos ocurrió una anécdota muy graciosa. Y después el plato fuerte del día. Resulta que habíamos comprado tiquet de masaje y llegaba la hora de tomarlo. Estas salas de masaje eran grandes piscinas con diferente temperatura del agua, sauna, duchas de agua fría, habitación de masaje, siendo la entrada sólo reservada para hombres (había la propia para las mujeres). El vapor y el ambiente hizo que fuéramos muy unidos en el recorrido. El esperado masaje quedó reducido a un “sobeteo” por parte del masajista, que lo único que nos hizo fue enjabonarnos. !! Muy gracioso !!. Al salir de allí también pudimos bañarnos en una piscina exterior con el agua caliente, pero lo más increíble fue el baño en la piscina interior, piscina en donde fue rodado el anuncio de “los cuerpos Danone”. Salimos muy impresionados de aquel lugar.
Jueves 17 de Agosto de 1995
Este día madrugamos para visitar el lago Balatón, ya que se encuentra a unos 100 Kms de Budapest. Nosotros nos llevábamos un cachondeo con el nombre, pues le decíamos lago Lobatón. Dicho lago es el mayor de Centroeuropa y tiene una longitud de punta a punta de 70 Kms. Un auténtico mar donde se te pierde la vista. El lugar, antiguamente, era zona de veraneo de altos cargos del ejército del régimen. Actualmente es zona de veraneo de todos los alemanes del Este, a los cuales su poder adquisitivo les permite viajar a Hungría. Allí fue donde me compré una gorra con ventilación solar. Os explico, dicha gorra tiene un ventilador accionado por una placa solar que hay encima de la cabeza, de manera que cuando te da el sol se pone en marcha. ! Un vacile !. La gorra fue la estrella del show por donde pasábamos. Una vez finalizada la visita nos fuimos al camping donde conocimos a dos “parejitas” españolas. Bueno, una valenciana y su novio “gabacho” y una rubita muy mona y su novio Roberto, de Tarragona. Después de cenar decidimos irnos en busca de fiesta, a la que se apuntó Roberto. Yöli nos comentó que había una discoteca llamada Bahnhof, que estaba cerca de la estación (Bahnhof significa estación). Allí nos fuimos hasta las cinco de la madrugada de donde salimos con un “contento” que nos costó regresar al camping.
Viernes 18 de Agosto de 1995
“Arrancamos” tarde ( sobre las 12 h) y ese día un largo viaje hasta Praha nos esperaba. Dejamos Hungría ( con muy buen recuerdo ) pasamos Eslovaquia , y llegamos a la República Checa con dirección a Brno (Ricardo y yo volveríamos más tarde) para llegar a Praha. Después de localizar un camping en el mapa, a la primera, dimos con él. Al llegar de noche, decidimos no montar la tienda y alquilar un bungalow. Fue la única noche que no dormimos en el suelo (bueno, excepto Ricardo y Bernardo, que por sorteo quedaron fuera de las cuatro camas libres). Caímos como moscas en las camas.
Este día madrugamos para visitar el lago Balatón, ya que se encuentra a unos 100 Kms de Budapest. Nosotros nos llevábamos un cachondeo con el nombre, pues le decíamos lago Lobatón. Dicho lago es el mayor de Centroeuropa y tiene una longitud de punta a punta de 70 Kms. Un auténtico mar donde se te pierde la vista. El lugar, antiguamente, era zona de veraneo de altos cargos del ejército del régimen. Actualmente es zona de veraneo de todos los alemanes del Este, a los cuales su poder adquisitivo les permite viajar a Hungría. Allí fue donde me compré una gorra con ventilación solar. Os explico, dicha gorra tiene un ventilador accionado por una placa solar que hay encima de la cabeza, de manera que cuando te da el sol se pone en marcha. ! Un vacile !. La gorra fue la estrella del show por donde pasábamos. Una vez finalizada la visita nos fuimos al camping donde conocimos a dos “parejitas” españolas. Bueno, una valenciana y su novio “gabacho” y una rubita muy mona y su novio Roberto, de Tarragona. Después de cenar decidimos irnos en busca de fiesta, a la que se apuntó Roberto. Yöli nos comentó que había una discoteca llamada Bahnhof, que estaba cerca de la estación (Bahnhof significa estación). Allí nos fuimos hasta las cinco de la madrugada de donde salimos con un “contento” que nos costó regresar al camping.
Viernes 18 de Agosto de 1995
“Arrancamos” tarde ( sobre las 12 h) y ese día un largo viaje hasta Praha nos esperaba. Dejamos Hungría ( con muy buen recuerdo ) pasamos Eslovaquia , y llegamos a la República Checa con dirección a Brno (Ricardo y yo volveríamos más tarde) para llegar a Praha. Después de localizar un camping en el mapa, a la primera, dimos con él. Al llegar de noche, decidimos no montar la tienda y alquilar un bungalow. Fue la única noche que no dormimos en el suelo (bueno, excepto Ricardo y Bernardo, que por sorteo quedaron fuera de las cuatro camas libres). Caímos como moscas en las camas.
Sábado 19 de Agosto de 1995
La verdad, es que faltan calificativos para describir lo bella e impresionante que es Praha . Después de dejar el bungalow y montar la tienda, decidimos visitarla. Una vez llenadas las barrigas en el centro, comenzamos a ver iglesias y catedrales de una belleza incomparable. “Praha, la ciudad de las agujas” recibe ese apodo debido a la forma de terminar sus torres y torreones en las catedrales. Visitando dicha ciudad respiras un ambiente mágico. No olvidemos que Praha era centro de paso de todo el comercio del siglo XIII entre Europa y Asia y que su extensión era tres veces la de París. Por lo tanto, la fuerza cultural reinante en sus calles, sus edificios, sus puentes y parques es increíble. Estuvimos en el Puente Carlo (puente donde filmaron el anuncio del Laguna Diesel) y en la Plaza del Reloj (una maravilla de la relojería). Una circunstancia curiosa era que había mucho turismo español paseando por sus calles, y nuestra famosa gorra. Ya por la tarde, Ricardo y yo decidimos irnos a Brno para no madrugar al día siguiente por la mañana. !! Era día de carreras !!. Así que Conde nos dejó su coche (Opel Kadett GSI) para desplazarnos rápidamente a 200 kms, donde se encontraba el circuito de Brno. Llegamos de noche y vivimos un gran ambiente motard en el camping del circuito. Estaba plagado de “goffens” (alemanes cabezas cuadradas) en presagio de lo que nos íbamos a encontrar cuando fuéramos a Alemania.
La verdad, es que faltan calificativos para describir lo bella e impresionante que es Praha . Después de dejar el bungalow y montar la tienda, decidimos visitarla. Una vez llenadas las barrigas en el centro, comenzamos a ver iglesias y catedrales de una belleza incomparable. “Praha, la ciudad de las agujas” recibe ese apodo debido a la forma de terminar sus torres y torreones en las catedrales. Visitando dicha ciudad respiras un ambiente mágico. No olvidemos que Praha era centro de paso de todo el comercio del siglo XIII entre Europa y Asia y que su extensión era tres veces la de París. Por lo tanto, la fuerza cultural reinante en sus calles, sus edificios, sus puentes y parques es increíble. Estuvimos en el Puente Carlo (puente donde filmaron el anuncio del Laguna Diesel) y en la Plaza del Reloj (una maravilla de la relojería). Una circunstancia curiosa era que había mucho turismo español paseando por sus calles, y nuestra famosa gorra. Ya por la tarde, Ricardo y yo decidimos irnos a Brno para no madrugar al día siguiente por la mañana. !! Era día de carreras !!. Así que Conde nos dejó su coche (Opel Kadett GSI) para desplazarnos rápidamente a 200 kms, donde se encontraba el circuito de Brno. Llegamos de noche y vivimos un gran ambiente motard en el camping del circuito. Estaba plagado de “goffens” (alemanes cabezas cuadradas) en presagio de lo que nos íbamos a encontrar cuando fuéramos a Alemania.
Domingo 20 de Agosto de 1995
Después de pasar la noche en el coche, madrugamos para dirigirnos al circuito. El ambiente era inmejorable con numerosos aficionados (la mayoría alemanes) poblando las bellas tribunas naturales que rodeaban la pista. Nos ocurrieron numerosas anécdotas, así que os voy a contar una de ellas. Resulta que a un alemán (bastante borracho, como casi todos) le hizo gracia mi gorra llegando incluso a ofrecerme 4 ó 5 mil pesetas por ella, así que de pronto me di cuenta del negocio que podía haber hecho. Una lástima. Las carreras fueron bonitas pero salimos con la decepción de no conseguir ningún buen resultado por parte de nuestros pilotos. !! No siempre vamos a ganar !!. Ya por la tarde y después de ver las carreras, nos volvimos a Praha, pillándonos una tromba de agua en la autopista que nos hizo tardar cuatro horas en hacer 200 kms. Al llegar al camping esperábamos encontrarnos con nuestros amigos, los cuáles no estaban. Decidimos esperarlos, pero una vez ya entrada la noche, llegamos a la conclusión de esperarlos en el saco, ya que el día había sido agotador. A las cuatro de la madrugada me despertó Ricardo preocupado por la ausencia del resto del grupo. Temimos alguna desgracia. Total, que a las seis de la madrugada aparecieron con una “trompa” de cuidado. Resulta que el 20 de Agosto es San Bernardo (no caímos en ello) y habían decidido celebrarlo. !! Vaya noche nos dieron !!.
Después de pasar la noche en el coche, madrugamos para dirigirnos al circuito. El ambiente era inmejorable con numerosos aficionados (la mayoría alemanes) poblando las bellas tribunas naturales que rodeaban la pista. Nos ocurrieron numerosas anécdotas, así que os voy a contar una de ellas. Resulta que a un alemán (bastante borracho, como casi todos) le hizo gracia mi gorra llegando incluso a ofrecerme 4 ó 5 mil pesetas por ella, así que de pronto me di cuenta del negocio que podía haber hecho. Una lástima. Las carreras fueron bonitas pero salimos con la decepción de no conseguir ningún buen resultado por parte de nuestros pilotos. !! No siempre vamos a ganar !!. Ya por la tarde y después de ver las carreras, nos volvimos a Praha, pillándonos una tromba de agua en la autopista que nos hizo tardar cuatro horas en hacer 200 kms. Al llegar al camping esperábamos encontrarnos con nuestros amigos, los cuáles no estaban. Decidimos esperarlos, pero una vez ya entrada la noche, llegamos a la conclusión de esperarlos en el saco, ya que el día había sido agotador. A las cuatro de la madrugada me despertó Ricardo preocupado por la ausencia del resto del grupo. Temimos alguna desgracia. Total, que a las seis de la madrugada aparecieron con una “trompa” de cuidado. Resulta que el 20 de Agosto es San Bernardo (no caímos en ello) y habían decidido celebrarlo. !! Vaya noche nos dieron !!.
Lunes 21 de Agosto de 1995
Después de pasar plácidamente la mañana en el camping, Ricardo y yo estabamos ansiosos por visitar Praha, ya que con la escapada a Brno no habíamos tenido ocasión de hacerlo. Nos fue bien que el día anterior ellos la hubieran recorrido a fondo pues así fuimos a tiro hecho con todo lo interesante por visitar (lo cual no es poco). La primera impresión que tomas de esta bella ciudad es el enorme contraste existente entre el centro (muy turístico y de aspecto bastante europeo) y la periferia. Todos los barrios que rodean el centro están formados por bloques de pisos tipo Bellvitge con grandes avenidas, de varios carriles totalmente desiertas. Todo un contraste con respecto al centro, inmensamente bello y con un gran contenido cultural. El ambiente comunista que se respira (exceptuando el casco antiguo) es mucho mayor que por ejemplo en Hungría. Visitamos el Palacio presidencial y la Catedral de San Vito. Por las calles del Castillo encontramos una taberna típica, en la cual, pillamos un “pedo” bastante agradable a base de cerveza (pibo). Cuando vimos que ½ Lt. costaba 60 pts. decidimos atacar a fondo. Lo curioso era que si te habías acabado la jarra, habían varios camareros, con enormes jarras en sus manos, que te reponían la cerveza sin tener que decirles nada (hecho del cuál ya me había avisado mi gran amigo Luque que había estado en Praha cuando todavía existía el Telón de acero). Explícale al camarero, el cuál pasaba y te cambiaba la jarra casi sin darte cuenta, que no querías más, al final acababas bebiéndotela. Así que entre tanto cachondeo, aproveché para escribir unas 15 ó 20 postales entre los efectos del alcohol. Me salieron muy poéticas. Después de cenar copiosamente y en un buen restaurante, nos fuimos a una disco que había en la plaza del reloj, en la cuál ya habían estado el día anterior nuestros amigos, pillando, de nuevo, un “colocón” de miedo (los “cubatas” valían 200 pts). Al llegar al camping y después de sufrir el “helicóptero” me dormí como un angelito.
Después de pasar plácidamente la mañana en el camping, Ricardo y yo estabamos ansiosos por visitar Praha, ya que con la escapada a Brno no habíamos tenido ocasión de hacerlo. Nos fue bien que el día anterior ellos la hubieran recorrido a fondo pues así fuimos a tiro hecho con todo lo interesante por visitar (lo cual no es poco). La primera impresión que tomas de esta bella ciudad es el enorme contraste existente entre el centro (muy turístico y de aspecto bastante europeo) y la periferia. Todos los barrios que rodean el centro están formados por bloques de pisos tipo Bellvitge con grandes avenidas, de varios carriles totalmente desiertas. Todo un contraste con respecto al centro, inmensamente bello y con un gran contenido cultural. El ambiente comunista que se respira (exceptuando el casco antiguo) es mucho mayor que por ejemplo en Hungría. Visitamos el Palacio presidencial y la Catedral de San Vito. Por las calles del Castillo encontramos una taberna típica, en la cual, pillamos un “pedo” bastante agradable a base de cerveza (pibo). Cuando vimos que ½ Lt. costaba 60 pts. decidimos atacar a fondo. Lo curioso era que si te habías acabado la jarra, habían varios camareros, con enormes jarras en sus manos, que te reponían la cerveza sin tener que decirles nada (hecho del cuál ya me había avisado mi gran amigo Luque que había estado en Praha cuando todavía existía el Telón de acero). Explícale al camarero, el cuál pasaba y te cambiaba la jarra casi sin darte cuenta, que no querías más, al final acababas bebiéndotela. Así que entre tanto cachondeo, aproveché para escribir unas 15 ó 20 postales entre los efectos del alcohol. Me salieron muy poéticas. Después de cenar copiosamente y en un buen restaurante, nos fuimos a una disco que había en la plaza del reloj, en la cuál ya habían estado el día anterior nuestros amigos, pillando, de nuevo, un “colocón” de miedo (los “cubatas” valían 200 pts). Al llegar al camping y después de sufrir el “helicóptero” me dormí como un angelito.
Martes 22 de Agosto de 1995
Después de levantarnos con una gran resaca, nos dimos cuenta de que el Land Rover tenía una rueda pinchada. Esto hizo que nos pusiéramos primordialmente a la búsqueda de un servicio de neumáticos, hecho que imaginamos que sería bastante difícil, como así sucedió. Después de dar muchas vueltas por la ciudad, y preguntando en varios idiomas a la gente, dimos con un mercadillo, en el cuál había de todo, donde había una tienda de neumáticos. Vaya decepción cuando nos dijeron que iba a ser difícil encontrar una rueda que le fuera bien al Land Rover. Después de mucho buscar, encontramos un taller donde pudimos cambiar las dos ruedas motrices del coche, olvidándonos por completo del problema. A las cinco de la tarde habíamos quedado, desde Barcelona, en la plaza del reloj con nuestro amigo Neira, el cuál iba a disfrutar de unos días en Praha. Así que, en medio de una gran multitud, nos encontramos con él. ! Vaya alegría que le dimos !. Había ido de viaje con unos compañeros del trabajo bastante “muermos”. Lo llevamos al camping, y así aprovechamos para dejar las compras, para que viera nuestro campamento. Tomamos unas “birras” y nos volvimos al centro a cenar. Decidimos hacerlo en un McDonal’s y después fuimos a tomar café en un bar que había enfrente que se llamaba Catalunya. Alucinamos al entrar pues había una enorme senyera y numerosos cuadros de Montserrat. Fue la nota curiosa del día. Nos despedimos del Neira y nos fuimos a dormir, ya que al día siguiente nos esperaba un largo y duro viaje hasta München (Alemania).
Miércoles 23 de Agosto de 1995
Aquel día madrugamos para hacer el viaje hacia la gran Alemania. Esperábamos un gran cambio de forma de vida, pero la verdad es que fué realmente tremendo. Todo es respetado, la seguridad es lo principal (numerosas medidas tanto pasivas como activas), la ecología está a la orden del día (inmensas fábricas entre frondosos bosques) y una serie de rigor en todo lo que hacen, les coloca el adjetivo de “cabezas cuadradas”. Pero tienen un país de “puta madre”.
Después de llegar a München (Munich), localizamos un camping, en el que Conde estuvo hace algunos años, donde la recepcionista hablaba español (!! Que alegría !!), además de tener unos “cántaros” enormes y ser muy simpática. Aquel camping no tenía nada que ver con respecto a los anteriores. Nada más entrar nos encontramos con unos !!diez!! containers (uno para las pilas, otro para el vidrio blanco, otro para el vidrio marrón, otro para el papel,etc.etc.). Los lavabos enormes y muy bien cuidados y las plazas de camping en perfecto estado y limpias. Una vez instalados, Conde hizo una llamada a Thomas (gran amigo de la familia Llop y de todos nosotros) el cual iba a ser nuestro guía por tierras bávaras. Después de quedar para vernos a la noche, nos duchamos y arreglamos para salir hacia la gran ciudad.
Habíamos quedado en el centro, en una cervecería bávara típica. Después de encontrarnos nos tomamos una “cerveza blanca” con una tapa de coliflor fermentada. La broma nos salió por unas 8.000.-pts.(muy diferente a lo acostumbrado en los paises del Este), además de producir unos gases, la coliflor, los cuales iban ser muy notorios dentro de la tienda durante toda la noche. Tomamos otra cerveza en otro garito y nos despedimos hasta el día siguiente. Resultó curiosa, la poca confianza que tuvo Thomas en nosotros (nos dijo irónicamente !! suerte !!) para llegar al camping después de dejarle en casa. Le dimos una gran lección con nuestro “Super-guia” Roger de orientación e interpretación de planos , dando con el camping a la primera.
Después de levantarnos con una gran resaca, nos dimos cuenta de que el Land Rover tenía una rueda pinchada. Esto hizo que nos pusiéramos primordialmente a la búsqueda de un servicio de neumáticos, hecho que imaginamos que sería bastante difícil, como así sucedió. Después de dar muchas vueltas por la ciudad, y preguntando en varios idiomas a la gente, dimos con un mercadillo, en el cuál había de todo, donde había una tienda de neumáticos. Vaya decepción cuando nos dijeron que iba a ser difícil encontrar una rueda que le fuera bien al Land Rover. Después de mucho buscar, encontramos un taller donde pudimos cambiar las dos ruedas motrices del coche, olvidándonos por completo del problema. A las cinco de la tarde habíamos quedado, desde Barcelona, en la plaza del reloj con nuestro amigo Neira, el cuál iba a disfrutar de unos días en Praha. Así que, en medio de una gran multitud, nos encontramos con él. ! Vaya alegría que le dimos !. Había ido de viaje con unos compañeros del trabajo bastante “muermos”. Lo llevamos al camping, y así aprovechamos para dejar las compras, para que viera nuestro campamento. Tomamos unas “birras” y nos volvimos al centro a cenar. Decidimos hacerlo en un McDonal’s y después fuimos a tomar café en un bar que había enfrente que se llamaba Catalunya. Alucinamos al entrar pues había una enorme senyera y numerosos cuadros de Montserrat. Fue la nota curiosa del día. Nos despedimos del Neira y nos fuimos a dormir, ya que al día siguiente nos esperaba un largo y duro viaje hasta München (Alemania).
Miércoles 23 de Agosto de 1995
Aquel día madrugamos para hacer el viaje hacia la gran Alemania. Esperábamos un gran cambio de forma de vida, pero la verdad es que fué realmente tremendo. Todo es respetado, la seguridad es lo principal (numerosas medidas tanto pasivas como activas), la ecología está a la orden del día (inmensas fábricas entre frondosos bosques) y una serie de rigor en todo lo que hacen, les coloca el adjetivo de “cabezas cuadradas”. Pero tienen un país de “puta madre”.
Después de llegar a München (Munich), localizamos un camping, en el que Conde estuvo hace algunos años, donde la recepcionista hablaba español (!! Que alegría !!), además de tener unos “cántaros” enormes y ser muy simpática. Aquel camping no tenía nada que ver con respecto a los anteriores. Nada más entrar nos encontramos con unos !!diez!! containers (uno para las pilas, otro para el vidrio blanco, otro para el vidrio marrón, otro para el papel,etc.etc.). Los lavabos enormes y muy bien cuidados y las plazas de camping en perfecto estado y limpias. Una vez instalados, Conde hizo una llamada a Thomas (gran amigo de la familia Llop y de todos nosotros) el cual iba a ser nuestro guía por tierras bávaras. Después de quedar para vernos a la noche, nos duchamos y arreglamos para salir hacia la gran ciudad.
Habíamos quedado en el centro, en una cervecería bávara típica. Después de encontrarnos nos tomamos una “cerveza blanca” con una tapa de coliflor fermentada. La broma nos salió por unas 8.000.-pts.(muy diferente a lo acostumbrado en los paises del Este), además de producir unos gases, la coliflor, los cuales iban ser muy notorios dentro de la tienda durante toda la noche. Tomamos otra cerveza en otro garito y nos despedimos hasta el día siguiente. Resultó curiosa, la poca confianza que tuvo Thomas en nosotros (nos dijo irónicamente !! suerte !!) para llegar al camping después de dejarle en casa. Le dimos una gran lección con nuestro “Super-guia” Roger de orientación e interpretación de planos , dando con el camping a la primera.
Jueves 24 de Agosto de 1995
Habíamos quedado con Thomas en vernos por la tarde en el recinto Olímpico de München para después irnos a un parque a comernos las últimas tapas de la paletilla. Así que después de prepararlo todo, nos fuimos al Olympiastadion donde después de ver la piscina olímpica donde Mark Spitz consiguió !! 7 medallas de oro !!, nos subimos a la torre de comunicaciones. Desde arriba se tenía una bella panorámica de todo München no muy alto pero sí muy extenso. Subimos con Thomas y Birgit (una ex de Thomas muy simpática) desde donde se tenía una perfecta vista de la fábrica de la B.M.W. así como del Estadio del Bayern. Decidimos acabar el jamón, invitando a nuestros anfitriones, con una cena-picnic en el Parque del Ingles, donde nos juntamos todos y entre litros de cervezas, nos despedimos. Al dia siguiente nos esperaba una autentica kilometrada para volver a casa.